Entender las motivaciones que pueden llevar a una persona a torturar a sus semejantes no es algo fácil. Aunque todavía resta mucho por investigar, se podría decir que hay una serie de constantes que ya se van mostrando claramente a la hora de comprender a una persona que ha alcanzado esta condición. Unas cuantas de estas características pueden apreciarse en la escena final de la película de Polanski, “La muerte y la doncella” (1994), en donde, mediante el personaje del torturador, se describen varios de los principales elementos de este perfil. Como sólo he podido encontrar el vídeo en la versión original incluyo al final del artículo una traducción junto al texto original que aparece en el diálogo de este fragmento de la película.
Común al sadismo es el hecho de que la situación de indefensión de la víctima siempre motiva especialmente al agresor. Aquí el torturador (representado por Ben Kingsley) lo retrata diciendo: “People lying totally helpless. I didn’t have to be nice!, I didn’t have to seduce them!.” (“Gente yaciendo completamente indefensa. No tenía que ser agradable, no tenía que seducirlas”). Esta sensación de omnipotencia es la que otorga al torturador la capacidad de hacerse un dios y es la que se repite de nuevo aquí: “I had all the power. I could breake anyone. I could make them do or say whatever I wanted.” (“Tenía todo el poder, podría destrozar a cualquiera. Podría hacer o decir lo que quisiese.”). Frecuentemente a estas alturas la curiosidad morbosa ya suele aparecer en el sádico. Una vez que ha dejado patente la dominación necesita nuevos retos. Primero para seguir percibiendo la relación de dominio, pero también para comprobar los poderes omnipotentes de los que dispone. Por ambos caminos se mantiene la emoción (como sucede en “El joven Törless”, la película sobre la novela de Musil), a la vez que esto suele derivarse en una especie de “investigación” que, muchas veces mediante la disección (como en el caso del nazismo), pretende comprender al objeto dominado esperando así hallar una respuesta que llene el vacío de la existencia del torturador. En el caso de esta película el personaje de Kingsley describe literalmente como curiosidad morbosa el origen de sus experimentos.
Pese a que el personaje llega a hacer cosas que ni él mismo pensaba hacer, en todo momento es consciente de que está ejerciendo un mal. Sin embargo la pulsión en la que se halla sumido le resulta tan intensa y agradable que no se reprime a ella. Únicamente busca una solución de compromiso que pueda calmar los débiles llamamientos que a esas alturas le hace su conciencia. En este caso se plasma sabiéndose el último de los que estaban allí en “ceder a la situación” y en que, pese a todo lo que pasó, él tuvo voluntad suficiente como para no dejar que nadie muriese bajo su responsabilidad. Pese a todo claudicó a las “incitaciones” que le hicieron para unirse a la tortura. Es evidente que la sensación se suele manifestar a la mayor parte de la gente de forma muy intensa. Quizás sólo una sensibilidad que propicie la repulsión pueda ser una de las pocas formas de conformar un muro que impida que el individuo se acerque a esta sensación. Explicar el motivo de que una sensación así exista y sea tan intensa no resulta fácil. Podría abordarse desde distintas perspectivas. La filosófica, al religiosa, etc... Si lo consideramos desde un punto de vista “evolutivo” cabría suponer que es una desviación de las ansias internas del ser humano (unirse a los demás, ser respetado, hacerse un dios en vez de adorarlo, etc…). De este modo se resuelven en alguna medida las ansias de realización personal. Es por esto que resulta lógico que posea un carácter “adictivo” (también desde un punto de neurofisiológico), ya que ofrece una solución a los anhelos más básicos de la persona. Pero debería de seguirse comprendiendo como desviación porque es contrario, no sólo al desarrollo de los demás, sino también al propio. En última instancia el objetivo final de llevar un camino semejante es la destrucción total de todo y de todos.
Finalmente siempre estará la pregunta del ¿por qué?, ¿por qué es posible que entre las reglas de juego se encuentren unas que permiten a las personas funcionar de semejante manera? Quizás se haría entonces más necesario afrontar la cuestión desde las otras disciplinas que comentaba (religión, filosofía, etc...) para buscar una explicación global, y no meramente descriptiva, de esta situación.
Diálogo original
Woman: “We’re going to end it here. Look at me. Isn’t it bright enough to see me? Don’t you know me? Didn’t you tell me your ugly thoughts? Didn’t you tell me your secrets?”
Man: Yes
Woman: “Didn’t you rape me? Didn’t you put your cock in me?”
Man: Yes
Woman:“How many times?”
Man: “Many times, I raped you many times. Fourteen times. Yes I played music. I wanted to soothe you. I was good at first. It took weeks. I was strong. I fought it so hard. No one fought as hard as I did. I was the last one. The last one to have a taste. No one died I swear. I saved many. And I made it easier on them. That’s how it started. That’s how I got into it. They needed doctors. My brother was in the secret police. He told me they needed someone to make sure that nobody died. I washed you. You soiled yourself. You told me ‘I’m dirty’ and I washed you. The others egged me on. ‘Come on doctor you’re not going to refuse free meat are you?’ I couldn’t think straight. And inside I could feel I was starting to like it. They laid people out. Flesh on the table. And the fluorescent light. You didn’t know. It was bright in those rooms. People lying totally helpless. I didn’t have to be nice! I didn’t have to seduce them! I realized I didn’t have to be nice to them. I had all the power. I could break anyone. I could make them do or say whatever I wanted. I liked being naked. I would let my pants fall, so you could hear what I was doing. I liked you. I liked you knowing what I was going to do. I was naked in the bright light. You couldn’t see me, tell me what to do. I owned you. I owned all of them. I fell in love with it. I could hurt you or I could fuck you. You couldn’t tell me not to. You had to thank me. I loved it. I was sorry it ended. I was very sorry it ended.
Traducción del diálogo original
Mujer: "Vamos a terminar aquí. Mírame. ¿No es suficientemente brillante como para verme? ¿No me conoces? ¿No me dirás tus sucios pensamientos? ¿No me dirás tus secretos?
Hombre: Sí
Mujer: "¿No me violaste? ¿No pusiste tu polla dentro de mí?"
Hombre: Sí
Mujer: "¿Cuántas veces?"
Hombre: "Muchas veces, te violé muchas veces. Catorce veces. Sí ponía música. Quería aliviarte. Yo era bueno al principio. Me llevó semanas. Yo era fuerte. Luché duramente. Nadie ha luchado tan duro como yo lo hice. Fui el último. El último en probarlo. Nadie murió, lo juro. Salvé a muchos. Y se lo puse más fácil. Así es como empezó. Así es como me metí en ello. Ellos necesitaban médicos. Mi hermano estaba en la policía secreta. Me dijo que necesitaba a alguien para asegurarse de que nadie muriera. Te lavé. Te ensuciabas tú sola. Me dijiste “estoy sucia” y te lavé. Los otros me incitaban: "Vamos doctor no va a rechazar carne gratis, ¿verdad? No podía pensar con claridad. Y dentro de mí sentía que estaba empezando a gustarme. Pusieron a la gente. Era carne sobre la mesa. Y la luz fluorescente. No lo sabrías. Había “luz” en aquellas habitaciones. La gente yacía completamente indefensa. No necesitaba ser agradable. No necesitaba seducirlas. Me di cuenta de que no tenía que ser amable con ellos. Yo tenía todo el poder. Podría romper a cualquiera. Podría hacerles hacer o decir cualquier cosa que quisiese. Me gustaba estar desnudo. Dejaba caer mis pantalones para que pudieses oír lo que estaba haciendo. Te gustó. Me gustaba que supieses lo que iba a hacer. Estaba desnudo bajo la luz brillante. No podías verme, decirme qué hacer. Te poseía. Los poseía a todos. Adoraba aquello. Podría hacerte daño o follarte. No podrías decirme que no. Tenías que agradecérmelo. Lo adoraba. Siento que haya terminado. Siento mucho que haya terminado.
Común al sadismo es el hecho de que la situación de indefensión de la víctima siempre motiva especialmente al agresor. Aquí el torturador (representado por Ben Kingsley) lo retrata diciendo: “People lying totally helpless. I didn’t have to be nice!, I didn’t have to seduce them!.” (“Gente yaciendo completamente indefensa. No tenía que ser agradable, no tenía que seducirlas”). Esta sensación de omnipotencia es la que otorga al torturador la capacidad de hacerse un dios y es la que se repite de nuevo aquí: “I had all the power. I could breake anyone. I could make them do or say whatever I wanted.” (“Tenía todo el poder, podría destrozar a cualquiera. Podría hacer o decir lo que quisiese.”). Frecuentemente a estas alturas la curiosidad morbosa ya suele aparecer en el sádico. Una vez que ha dejado patente la dominación necesita nuevos retos. Primero para seguir percibiendo la relación de dominio, pero también para comprobar los poderes omnipotentes de los que dispone. Por ambos caminos se mantiene la emoción (como sucede en “El joven Törless”, la película sobre la novela de Musil), a la vez que esto suele derivarse en una especie de “investigación” que, muchas veces mediante la disección (como en el caso del nazismo), pretende comprender al objeto dominado esperando así hallar una respuesta que llene el vacío de la existencia del torturador. En el caso de esta película el personaje de Kingsley describe literalmente como curiosidad morbosa el origen de sus experimentos.
Pese a que el personaje llega a hacer cosas que ni él mismo pensaba hacer, en todo momento es consciente de que está ejerciendo un mal. Sin embargo la pulsión en la que se halla sumido le resulta tan intensa y agradable que no se reprime a ella. Únicamente busca una solución de compromiso que pueda calmar los débiles llamamientos que a esas alturas le hace su conciencia. En este caso se plasma sabiéndose el último de los que estaban allí en “ceder a la situación” y en que, pese a todo lo que pasó, él tuvo voluntad suficiente como para no dejar que nadie muriese bajo su responsabilidad. Pese a todo claudicó a las “incitaciones” que le hicieron para unirse a la tortura. Es evidente que la sensación se suele manifestar a la mayor parte de la gente de forma muy intensa. Quizás sólo una sensibilidad que propicie la repulsión pueda ser una de las pocas formas de conformar un muro que impida que el individuo se acerque a esta sensación. Explicar el motivo de que una sensación así exista y sea tan intensa no resulta fácil. Podría abordarse desde distintas perspectivas. La filosófica, al religiosa, etc... Si lo consideramos desde un punto de vista “evolutivo” cabría suponer que es una desviación de las ansias internas del ser humano (unirse a los demás, ser respetado, hacerse un dios en vez de adorarlo, etc…). De este modo se resuelven en alguna medida las ansias de realización personal. Es por esto que resulta lógico que posea un carácter “adictivo” (también desde un punto de neurofisiológico), ya que ofrece una solución a los anhelos más básicos de la persona. Pero debería de seguirse comprendiendo como desviación porque es contrario, no sólo al desarrollo de los demás, sino también al propio. En última instancia el objetivo final de llevar un camino semejante es la destrucción total de todo y de todos.
Finalmente siempre estará la pregunta del ¿por qué?, ¿por qué es posible que entre las reglas de juego se encuentren unas que permiten a las personas funcionar de semejante manera? Quizás se haría entonces más necesario afrontar la cuestión desde las otras disciplinas que comentaba (religión, filosofía, etc...) para buscar una explicación global, y no meramente descriptiva, de esta situación.
Woman: “We’re going to end it here. Look at me. Isn’t it bright enough to see me? Don’t you know me? Didn’t you tell me your ugly thoughts? Didn’t you tell me your secrets?”
Man: Yes
Woman: “Didn’t you rape me? Didn’t you put your cock in me?”
Man: Yes
Woman:“How many times?”
Man: “Many times, I raped you many times. Fourteen times. Yes I played music. I wanted to soothe you. I was good at first. It took weeks. I was strong. I fought it so hard. No one fought as hard as I did. I was the last one. The last one to have a taste. No one died I swear. I saved many. And I made it easier on them. That’s how it started. That’s how I got into it. They needed doctors. My brother was in the secret police. He told me they needed someone to make sure that nobody died. I washed you. You soiled yourself. You told me ‘I’m dirty’ and I washed you. The others egged me on. ‘Come on doctor you’re not going to refuse free meat are you?’ I couldn’t think straight. And inside I could feel I was starting to like it. They laid people out. Flesh on the table. And the fluorescent light. You didn’t know. It was bright in those rooms. People lying totally helpless. I didn’t have to be nice! I didn’t have to seduce them! I realized I didn’t have to be nice to them. I had all the power. I could break anyone. I could make them do or say whatever I wanted. I liked being naked. I would let my pants fall, so you could hear what I was doing. I liked you. I liked you knowing what I was going to do. I was naked in the bright light. You couldn’t see me, tell me what to do. I owned you. I owned all of them. I fell in love with it. I could hurt you or I could fuck you. You couldn’t tell me not to. You had to thank me. I loved it. I was sorry it ended. I was very sorry it ended.
Mujer: "Vamos a terminar aquí. Mírame. ¿No es suficientemente brillante como para verme? ¿No me conoces? ¿No me dirás tus sucios pensamientos? ¿No me dirás tus secretos?
Hombre: Sí
Mujer: "¿No me violaste? ¿No pusiste tu polla dentro de mí?"
Hombre: Sí
Mujer: "¿Cuántas veces?"
Hombre: "Muchas veces, te violé muchas veces. Catorce veces. Sí ponía música. Quería aliviarte. Yo era bueno al principio. Me llevó semanas. Yo era fuerte. Luché duramente. Nadie ha luchado tan duro como yo lo hice. Fui el último. El último en probarlo. Nadie murió, lo juro. Salvé a muchos. Y se lo puse más fácil. Así es como empezó. Así es como me metí en ello. Ellos necesitaban médicos. Mi hermano estaba en la policía secreta. Me dijo que necesitaba a alguien para asegurarse de que nadie muriera. Te lavé. Te ensuciabas tú sola. Me dijiste “estoy sucia” y te lavé. Los otros me incitaban: "Vamos doctor no va a rechazar carne gratis, ¿verdad? No podía pensar con claridad. Y dentro de mí sentía que estaba empezando a gustarme. Pusieron a la gente. Era carne sobre la mesa. Y la luz fluorescente. No lo sabrías. Había “luz” en aquellas habitaciones. La gente yacía completamente indefensa. No necesitaba ser agradable. No necesitaba seducirlas. Me di cuenta de que no tenía que ser amable con ellos. Yo tenía todo el poder. Podría romper a cualquiera. Podría hacerles hacer o decir cualquier cosa que quisiese. Me gustaba estar desnudo. Dejaba caer mis pantalones para que pudieses oír lo que estaba haciendo. Te gustó. Me gustaba que supieses lo que iba a hacer. Estaba desnudo bajo la luz brillante. No podías verme, decirme qué hacer. Te poseía. Los poseía a todos. Adoraba aquello. Podría hacerte daño o follarte. No podrías decirme que no. Tenías que agradecérmelo. Lo adoraba. Siento que haya terminado. Siento mucho que haya terminado.
8 comentarios:
Mi estimado y respetado bLuEs,no habíamos ya hablado de esto?.Saludos
Hola María C.
Me alegra mucho que lo que está en el blog tenga algún eco. En cuanto a esto tengo que agradecerte tu memoria e interés.
Efectivamente sobre este tema ya había comentado algo. Esta vez lo he ampliado con más ideas y por eso he decidido volver a escribirlo intentando hacer una nueva síntesis. Si tengo fortuna espero poder hacerlo de nuevo en el futuro porque todavía me queda mucho por conocer sobre este asunto.
Gracias por la visita y un abrazo.
Es verdad lo que dices. Aunque la psicología puede explicar el CÓMO de la existencia de, por ejemplo, los torturadores, el POR QUÉ es algo a lo que no puede responder ninguna ciencia o aspirante a ciencia. Ese tipo de pregunta es materia de filosofía o de religión. De hecho, pienso que si el ser humano es un ser filosófico y/o religioso es a causa de la pregunta por el mal.
Sobre la película, recuerdo que la vi hace mucho tiempo por TV y me gustó mucho más de lo que esperaba. En un plano puramente estético especialmente me gustó esa música de Schubert que ejerce de algo más que de mera banda sonora.
Por cierto, vaya diseño tan bonito tiene el blog. Desde luego, eres un artista. Enhorauena.
Sí. Además la música tiene un significado muy interesante en la película. La escena final en la que las dos parejas asisten a la misma interpretación es una muestra de ello.
Los blogs que más me gustan tienen una presentación de lo más simple o, incluso, desastrosa. Imagino que las personas que más tienen que decir se preocupan por decirlo y de poco más. Después de todo un blog está para eso. Yo, en cambio, me siento muy a disgusto con plantilas feas. Con la música me sucede por el estilo, soy muy maniático con los timbres de los instrumentos.
En realidad el mérito es del que hizo la plantilla. Yo sólo me decidí por ella. Con la anterior creo que tenía una buena idea pero no cuajó. Además había gente que tenía problemas para leer con los colores que había.
Muchas gracias y saludos.
Mi estimado bLuEs lo que esta en tus blogs para mi siempre tiene eco,puede que muchas veces no comente por varias razones mas que nada tiempo y claridad mental dado situaciones personales que me tocan vivir,pero leo e incluso releo tus post y "el eco los acompaña".Un abrazo
Sin querer caer en la falsa modestia no creo que nada de lo que haya escrito sea de demasiado interés-. Es por esto que te tengo que agradecer doblemente tu atención.
Un abrazo.
Me gusto mucho este blog !!!
es mui interesante esta nota ...!
saludos ! :)
Muchas gracias y un saludo.
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