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Erich Fromm: Las orientaciones improductivas del carácter

Antes de nada es necesario describir lo que significa "carácter" en este contexto. Entendemos “carácter” como el patrón de conducta de un individuo dado. Por lo tanto es la forma en que la energía humana es canalizada en los procesos de asimilación y socialización. Una vez asumido esto la primera distinción se hace respecto a la capacidad que tiene el carácter para realizarnos como personas, por lo que la primera división será entre las orientaciones del carácter improductivas y la productiva. Dentro de las improductivas podemos diferenciar las siguientes tipologías:

LA ORIENTACION RECEPTIVA:
En la orientación receptiva la persona siente que la “fuente de todo bien” está en el exterior y cree que la única manera de conseguir lo que desea es recibiéndolo desde una fuente externa. Si se trata la cuestión del amor el problema reside en ser amado y no en amar, por lo que generalmente esperan encontrar a alguien que les de la información necesaria en lugar de hacer el esfuerzo por sí mismos. Por este motivo suelen ser individuos excesivamente susceptibles al rechazo o desaire de la persona que les es querida.
Cuando deben de tomar decisiones o asumir responsabilidades no consiguen tener suficiente confianza en ellos mismos y es común que en el día a día pidan consejo hasta de cualquier nimio detalle, además suelen tener gran afición por la comida y por la bebida, que en muchas ocasiones les sirve para calmar su ansiedad. Por tanto es la boca la parte predominante en los individuos de esta orientación.
Este tipo de carácter tiende a encontrarse con más abundancia en aquellas sociedades en las que el derecho de un grupo a explotar a otro está firmemente establecido y en el “experto” es donde podemos encontrar uno de sus símbolos, por la actitud que se muestra hacia él por parte de la opinión pública y que es estimulada por los anuncios y la propaganda. Sólo él sabe sobre el tema y el resto sólo puede escuchar su opinión, por lo que coloca forzosamente a los demás en una actitud “receptiva” ante una figura de autoridad. Ante el experto la gente se somete y acata su opinión como la válida sin cuestionarla por diversos motivos, pero que habitualmente parten del esquema de que la realidad es muy compleja para el común de los ciudadanos y sólo les queda someterse a la persona que es afirmada como capaz de haber conseguido conocimiento sobre el tema.

LA ORIENTACIÓN EXPLOTADORA:
Tiene en común con la receptiva la percepción de que la fuente de todo bien está en el exterior y que por sí mismo no puede producir nada, la diferencia es que en esta orientación el individuo no espera recibir lo que necesita en forma de regalo, sino que lo consigue por medio de la violencia o de la astucia. Por lo tanto sólo sienten atracción por personas a las que se les puede sustraer algo. Además tienden a pensar que aquello que pueden hurtar es mejor que cualquier cosa que puedan producir por ellos mismos. Si se trata de ideas, estas personas en vez de producirlas, las hurtan. Un ejemplo extremo de esta orientación sería el cleptómano.
Esta orientación se remonta a los antepasados feudales y piratas. Posteriormente fue proseguida por hombres que buscaban comprar barato y vender caro, persiguiendo incansablemente el poder y la riqueza, hasta que como rasgo del carácter se fue estableciendo como norma general.
La boca, al igual que en la orientación receptiva, es la parte del cuerpo que los simboliza pero, a diferencia de la otra orientación, la actitud ahora es más agresiva y tendente a la acción de morder.

LA ORIENTACIÓN ACUMULATIVA:
En esta orientación la persona suele tener poca fe en cualquier cosa que pueda obtener del mundo exterior ya que su seguridad se basa en la acumulación y el ahorro y, por lo tanto, cualquier gasto se interpreta como una amenaza. Estas personas se rodean de un muro protector y buscan defender a toda costa su posición fortificada. Algunas de ellas expresan su temor a la amenaza exterior con la compulsión de lavarse y a menudo muestran una lealtad exagerada hacia la gente y hacia los recuerdos por lo que su sentimentalismo les suele hacer creer que todo tiempo pasado fue mejor. Paralelamente a la compulsión por la limpieza habitualmente se suele dar la meticulosidad, aunque su método resulta en el fondo rígido y estéril.
Históricamente esta figura la ha representado el conservador. La propiedad se consolidó para él en un símbolo de sí mismo y su protección se constituyó en un valor supremo; los bienes y la familia en su reducto.

LA ORIENTACIÓN MERCANTIL:
En esta orientación el éxito depende para la persona de la capacidad que tiene de “venderse” a los demás en el ”mercado existente”. El objetivo es ofrecer una personalidad que esté demandada y dejar en segundo plano el desarrollo de su propia personalidad. Esta clase de personalidad más demandada va comunicándola la sociedad por diversos medios: cine, educación, etc…
Una vez que la persona se experimenta a sí misma como mercancía implícitamente llega a la segunda parte, en la que su autoestima no depende de sí mismo sino de elementos exteriores. El individuo luchará entonces para que los demás le reconozcan el éxito y, por lo tanto, perderá el sentido de la dignidad y del orgullo. Su valor será el precio de mercado y su individualidad quedará carente de valor. Estas características hacen que esta orientación se haya difundido masivamente en la época moderna, de forma paralela al auge de la economía de mercado.
Si tenemos que verla en la práctica en esta orientación los conocimientos importan en cuanto se les puede encontrar una proyección en el mercado y, por lo tanto, el pensamiento impráctico que únicamente tiene por objeto la verdad queda relegado. También, aunque no sea lo más representativo como ejemplo de esta orientación, es conveniente resaltar que la mayor parte de los test de inteligencia se concreta a este pensamiento; su objeto no es medir tanto la capacidad para el razonamiento y la compresión, como medir el grado de adaptación mental a una situación dada. Si la razón fuese solamente una capacidad lógica de resolver problemas un paranoico podría llegar a conclusiones lógicas aunque absurdas, por el contrario el objetivo de la razón es comprender la esencia de las cosas.

5 comentarios:

Maria C dijo...

Muy interesante,lastimosamente no encontre mi orientacion en ninguna de ellas,existen mas tipos re orientacion?.Un saludo

. dijo...

jaja ... bueno si es así sólo te queda la orientación productiva (que es la buena). Sería la mejor señal no verse reflejado aquí.

De todas formas, según esta teoría, nadie está completamente eximido de pertenecer a alguna de estas categorías. Únicamente varían las proporciones. De todas formas es sólo una teoría. Todo es discutible.

Saludos

Bea dijo...

Cuanto menos interesante.
Hace poco leí "El miedo a la libertad" de Fromm...
Un placer volver por tu blog.
Besos, mil.

. dijo...

A mí también me pareció muy llamativo y revelador.

Gracias y saludos.

. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
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